Mi historia




Aunque nací en el sur de Francia, concretamente en la Provenza, me trasladé con once años a Madrid, por lo que toda mi formación académica tuvo lugar en España. En la Universidad Complutense me licencié en Farmacia y en esa misma facultad, en la Escuela de Análisis Clínicos, cursé la especialidad y obtuve el título correspondiente. Supongo que como muchos estudiantes recién licenciados que no saben claramente hacia dónde dirigir su carrera profesional, contesté a un anuncio donde se requería personal para trabajar en investigación científica. Unos cuantos años después presentaba mi tesis doctoral en el departamento de Farmacología de la facultad de Farmacia, trabajo que había elaborado durante mi etapa pre-doctoral en el Hospital “Ramón y Cajal” de Madrid. Por razones personales dejé la investigación para dedicarme a la empresa privada hasta que volví a ella varios años después, esta vez en el hospital “La Paz” y en el “Centro Superior de Investigaciones Científicas”.

¿Cómo he llegado a escribir una novela? En primer lugar, tengo que decir que un científico dedica muchas horas de su vida a escribir, ciencia sí, pero escribir al fin y al cabo, ya sea su tesis, artículos, ponencias, informes, peticiones y un largo etcétera de documentos que forman parte de su día a día laboral.  En mi caso, además, siempre sentí la necesidad de escribir, desde adolescente, cuentos que nunca llegaron más allá de unas cuantas páginas. Hasta que, cuando mi marido, también científico, falleció, decidí contar su historia, poseída tontamente por el miedo a que nuestro hijo de dos años no conociera a su padre si algo malo me sucediese.

¿Y por qué ahora una novela juvenil? Cuando imaginé el personaje de Christine O’Malley mi hijo, que contaba entonces trece años, devoraba novelas juveniles y me contagió su interés, hasta que, poco tiempo después, la adolescencia le arrebató los libros para encararle a la pantalla de un ordenador, como ocurre con todos nuestros chicos. Entonces eché de menos más libros para comprarle... Cierto es que la primera saga que leí de niña fue “El Club de los Cinco”, cuyo primer libro me enganchó tanto que en un verano había leído toda la serie. Y cierto es también que mi condición de amante de la ciencia seguramente influyó en buscar un entorno fantástico y futurista donde desarrollar la acción. Así nació la idea de “Christine O’Malley y el último argesiano”, como el resultado de una combinación del género de aventuras, que tan buen recuerdo dejó en mí, y del género de ciencia ficción, ideal para dejar volar la imaginación de un científico y que, además, actualmente despierta tanto entusiasmo entre los chicos, y en mí la primera, por la enorme cantidad de películas y series de televisión de este género que invaden nuestra vida cotidiana. Espero que os guste y disfrutéis la novela tanto como yo he disfrutado al escribirla. Y, por favor, no dejéis de enviarme vuestros comentarios, por mail, reseñas, o el medio que más os guste. Para mí es muy importante. (stephaniesalvarelli@gmail.com)

Si te interesa saber más detalles de mí, echa un vistazo a: ENTREVISTA DE LA EDITORIAL CALIGRAMA

Ilustración de la portada del libro “Christine O’Malley y el último argesiano”, de Carlos Fernández de Pablo: